JESUS MANYA “PARA GOBERNAR EL CUSCO SE NECESITA UNA REVOLUCIÓN CULTURAL Y CIUDADANA”

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La derecha ha fracasado y destruido la ciudad, señala Jesús Manya en la entrevista:

P.- ¿Cuál es el balance que tienes acerca de las gestiones municipales en la ciudad del Cusco?

Después de la gestión de Daniel Estrada, todos los otros alcaldes ingresaron sin tener una visión de largo plazo de la ciudad, sin saber qué tipo de ciudad querían construir, es decir, no tenían ni idea de una estrategia de gestión municipal; por eso se dedicaron a la administración limitada de invertir en veredas, rellenar los huecos de las calles, reorganizar el tránsito, perseguir a los bares y restaurantes, rellenar con sus incondicionales las gestiones, entre otras cosas.

Mientras Estrada inauguraba la modernización y valoración de todo un barrio, los alcaldes que le sucedieron inauguraban una callecita o una veredita; esa es la diferencia simbólica en concreto y eso percibe el pueblo. Con estas pequeñeces no pudieron ni superar o gestionar mejor que el Qosqo Runa, y por ello es que en la población existe esa clara diferencia entre las gestiones.

P.- ¿Fracasaron entonces los diversos alcaldes y partidos que llegaron a la Municipalidad del Cusco?

Claro, el fujimorismo gobernó dos veces, con Carlos Valencia y Raúl Salizar; el Apra dos veces con Lucho Flores y Víctor Boluarte; el belaundismo con Carlos Moscoso y también uno que era de APP y luego Pachakuteq con un general de la policía; ninguno de ellos, pese a algunas de sus diferencias, pudo sentar las bases de una ciudad.

Podríamos decir que la derecha con sus diversos colores ha llevado a la crisis la gestión de la ciudad; vuelvo a repetir porque no tienen ni idea o compromiso estratégico con una ciudad patrimonio como el Cusco. El Cusco está en un lento proceso destructivo, no de ahora, sino desde esas gestiones.

Los partidos conservadores y la derecha regional, con sus distintos matices y colores, no han podido superar una gestión progresista y transformadora que imprimió Estrada en sus gestiones como Izquierda Unida y Frente Unido; hay gente que quiere ocultar esa realidad, buscando desconocer que fueron administraciones progresistas y participativas.

 

P.- ¿Pero ahora, ya hay más de 10 candidatos a la alcaldía del Cusco, ofreciendo el oro y el moro, con diversas vestimentas electorales o partidos?

Me parece que hay muchos partidos y candidatos que, sin tener una propuesta real para la ciudad, lo que buscan es simplemente pasar por la experiencia electoral o tentar la lotería; no entienden que no se puede jugar con una ciudad de la magnitud y trascendencia cultural y universal que tiene el Cusco. Como dicen los abuelos, no puedes gobernar una ciudad si primero no la conoces cabal y completamente, para resolver sus problemas.

Por otro lado, desde el oportunismo o aprovechamiento, algunos alcaldes distritales intrascendentes en sus gestiones quieren hacer o culminar su carrera política candidateando a la alcaldía, como parte de negocios o utilización prebendal de la municipalidad. De estos casos no es solo de ahora; todos los candidatos que buscaron dar el salto del distrito a la provincia han fracasado; el pueblo no es tonto, castiga y los manda al olvido eterno; supongo que eso mismo ocurrirá ahora.

 

P.- ¿Cuál sería entonces la alternativa a la crisis de propuestas y candidatos frente al Cusco?

Toda crisis es una ventana de oportunidades, eso dicen y enseñan las lecciones de gestiones y gobiernos municipales exitosos; para ello se necesita tener una propuesta de largo horizonte, una perspectiva y mirada estratégica; diríamos en síntesis que para gobernar el Cusco, se necesita una Revolución Cultural y Ciudadana.

Considerando que el Cusco es una cuna civilizatoria y cultural, tenemos que sacar las lecciones y el aprendizaje, que tuvo que pasar un Pachakuti, una revolución, para desplegar desde el estado regional que era el Cusco a ser el centro de un imperio en formación. Eso nos dice y apela la historia.

En la época republicana, el Cusco tuvo dos momentos claves: los primeros años del siglo XX, en que llega la electricidad y el tren, generando toda una revolución cultural productiva y ciudadana y sus correspondientes servicios y comercios en la ciudad; el segundo momento, después del terremoto de 1950, con la reconstrucción del Cusco, se sientan las bases de una ciudad moderna, con nuevas barriadas, avenidas y calles, conjuntos habitacionales, colegios y mercados, entre otros servicios e infraestructura.

Para esta tarea se necesita un equipo de gobierno solvente y no un grupo de aventureros o aprendices; en términos simbólicos, se trata de concluir la tarea histórica de Daniel Estrada, que colocó el cimiento y reconstruyó los barrios históricos y abrió brecha a las nuevas poblaciones con servicios; la segunda etapa corresponde a construir la NUEVA CIUDAD DEL QOSQO; esa es la tarea y el reto.

 

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