La Administración de Donald Trump anunció este lunes la aprobación de la leucovorina como tratamiento para niños con autismo y deficiencia cerebral de folato, luego de señalar al paraceramol como un posible causante del trastorno y recomendar limitar su uso en mujeres gestantes. La decisión, presentada en la Casa Blanca por el presidente Donald Trump, el comisionado de la FDA Marty Makary y el secretario de Salud Robert F. Kennedy Jr., busca mejorar la comunicación verbal en estos pacientes, de acuerdo al gobierno, aunque expertos advierten que se necesitan ensayos clínicos más amplios para confirmar su eficacia general. «Un estudio descubrió que, en niños con autismo y deficiencia crónica de folato, dos tercios de los niños con síntomas de autismo tuvieron mejoras y algunas mejoras destacadas. El presidente nos indicó que hiciéramos lo correcto médicamente, que fuéramos audaces y no nos preocupáramos por las corporaciones ni los grupos de presión. Así que eso es lo que estamos haciendo», aseguró el comisionado de la FDA en la conferencia de prensa realizada en la sede presidencial. Esta medida se da también luego de que la Administración Trump recomendara ajustar las dosis de vacunas en menores para, supuestamente, reducir riesgos asociados al autismo.Kennedy afirmó que la leucorvorina estará cubierto por Medicaid y seguros estatales, con médicos responsables de prescribirlo y monitorear a los niños.
¿Qué es la leucovorina y cómo se relaciona con el autismo?La leucovorina, también conocida como ácido folínico, es una forma modificada de la vitamina B9 o folato, presente en alimentos como frijoles, verduras de hoja verde, huevos, remolacha y cítricos, según un reporte del New York Times.Este nutriente ayuda a producir glóbulos rojos y es vital para el crecimiento celular, especialmente en etapas tempranas del embarazo para prevenir defectos congénitos en el cerebro o la columna vertebral.En relación con el autismo, algunos estudios sugieren que hasta el 75% de las personas con el trastorno podrían tener anticuerpos que interfieren en el transporte de folato al cerebro, lo que genera deficiencia cerebral de folato.Los síntomas suelen aparecer alrededor de los 2 años, incluyendo dificultades en el habla, discapacidad intelectual, convulsiones, temblores y problemas en el control muscular.La FDA basó su aprobación en revisiones de estudios entre 2009 y 2024, que mostraron mejoras en síntomas de la deficiencia.Un ensayo comparó a 40 personas que tomaron el medicamento con 40 que recibieron placebo, y el grupo tratado reportó una mejoría sustancial, de acuerdo con el aviso en el Registro Federal.El medicamento, genérico y utilizado previamente con la autorización de la FDA para tratar cáncer, anemia megaloblástica y efectos secundarios de quimioterapia como el metotrexato, se administra en pastillas, inyecciones o vía intravenosa. Puede prepararse en líquido, aunque este proceso a menudo no es cubierto por el seguro. Sus efectos secundarios son mínimos, ya que es hidrosoluble y se elimina por orina en 24 horas; un análisis reportó casos aislados de agresión, agitación, dolor de cabeza, insomnio y aumento de rabietas.
Llamados a más investigaciónLa leucovorina se ha usado fuera de etiqueta por dos décadas para deficiencia de folato cerebral, pero su aplicación al autismo se basa en ensayos pequeños.El Dr. Richard E. Frye, investigador del autismo, reportó mejoras significativas en lenguaje receptivo y expresivo en niños con anticuerpos bloqueadores de folato, según reportó este lunes The New York Times.El medio neoyorquino indica que el médico también descubrió mejoras en la capacidad de comprender palabras habladas o escritas, y en comunicar pensamientos y sentimientos. “No es una cura, pero mejora sustancialmente la función de muchos niños”, dijo el especialista. El Washington Post puntualiza en un informe que el primer estudio realizado por Frye a 44 niños con autismo, que consumieron el fármaco durante 12 semanas, reportó mejoras en el 67% de los casos. Además, el medio señala que Investigadores de al menos cuatro países diferentes (Francia , China , India e Irán ) han replicado éxitos similares en los últimos meses sin eventos adversos graves. Alycia Halladar, directora científica de la Fundación para la Ciencia del Autismo, señaló que aún se necesitan estudios más amplios y con el uso de placebos para determinar exactamente quienes se beneficiarían con el medicamento y en que dosis específicas. En ese sentido, junto a otros expertos, la especialista advierte que es muy pronto para considerar a la leucovorina como una cura potencial o un medio de prevención para el autismo. “Simplemente no hay suficientes datos”, concluyó.